Colonialismos internos

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Arturo Medellín Anaya*

Ayer tuve la oportunidad de volver a ver la película Indochina, En ella se muestra el colonialismo y la mentalidad que lo ha sostenido a lo largo de siglos.

Al principio del filme, durante una regata en la que compiten marinos franceses contra un equipo de indochinos patrocinados, por la que ahora se podría llamar, La reina del caucho.

Catherine Deneuve, hay una escena que pinta al colonialismo francés de cuerpo entero.

Casi al terminar la carrera, el capitán del buque francés le hace a la bella el siguiente comentario:

_No debemos permitir que la idea de triunfo se anide en la mente de los colonizados.

Luego de que ella le asegura que su equipo de remeros locales ganaría el cotejo. Tal y como sucede.

La frase, me parece, es la esencia del pensamiento neoliberal, porque cada Fifí, real o autoproclamado lleva en su corazón a un señor feudal o a la reina mala de Blancanieves, en este caso los enanos felices de fatigar la minas.

La pedagogía política de las mañaneras, y su extenuante repetición, nos ha, o me ha permitido ir reconstruyendo el pensamiento y algunas de las praxis aprendidos en el Partido Comunista Mexicano, en tiempos de Carlos López Torres, dirigente local, SLP., y Arnoldo Martínez Verdugo, dirigente nacional.

Incluso, me ha permitido recordar con gusto, uno de los días más aburridos de mi vida, cuando me toco, a mis escasos 18 años, ser el representante de mi amado PCM, en la casilla que estaba en La plaza de toros Fermín Rivera, en una elección que me dejó como lamento borincano, pues estando en la  colonia ferrocarrilera, que yo suponía con pensamiento  proletario, obtuvimos solo un voto, y en mi regreso a casa, yo obtuve la  primera reflexión acerca de la realidad y su percepción y de lo empinado de la cuesta para cambiar el mundo.

La vida no es fácil.

Pero a donde voy con esta perorata es Ni más ni menos que al colonialismo interno y a sus tres protagonistas principales; la casa, la iglesia y la escuela.

Empezare por la última, en función del aquella frase de un colonialista gabacho.

Para conquistar México no necesitaremos balas, hay que traer a estudiar en nuestras universidades a los hijos de las élites mexicanas, y cuando tomen el poder nos van a entregar al país, más o menos por ahí iba la perversa idea, y su realidad más contundente se llama Carlos Salinas de Gortari.

Es aquí cuando propongo para terminar, un tema de análisis.

¿Y nuestros colonialismos internos Apá?

Paciencia y nos amanecemos para estudiar a la escuela y su papel en la liberación del ser humano.

López Obrador no está solo, pero para cambiar paradigmas hace falta un esfuerzo descomunal y para  un solo hombre resultará imposible.

El trabajo queda en manos de los verdaderos morenos y de quienes fuera del movimiento simpatizamos con ellos.

La verdad se ocupará de los advenedizos, mientras más  pronto… mejor.

*El maestro Arturo Medellín Anaya es artista plástico profesional, editor de libros, escritor de novelas, ensayos, cuentos y poesía.

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