A la incansable lucha de madres, padres, hermanos, abuelos e hijos, para encontrar a sus familiares con vida.
María Jaramillo Alanís
El 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, y Tamaulipas rebasó hace mucho la cifras oficiales, frías y macabras, pero que representan personas que un buen día fueron llevadas por la fuerza; más de 12 mil tamaulipecos han sufrido desaparición forzada, el hecho nos debe llamar a la reflexión de lo que se ha dejado de hacer en nuestro estado; un gobierno saliente que adeuda a los ciudadanos, la seguridad de las personas y sus vidas y encontrar a las víctimas de este delito.
Solo en el sexenio que concluye el 30 de septiembre, encabezado por el panista Francisco García Cabeza de Vaca, 6 mil personas han sido víctimas de desaparición forzada, la gran deuda que dejaría el gobierno es que durante la campaña electoral -2016- el ahora gobernador se comprometió con las víctimas de este delito en San Fernando, a atender la demanda y que mes tras mes durante su gobierno, sí era electo, atendería a todos los colectivos de desaparecidos.
Vaca no solo mintió, sino que incumplió y la cifra de desaparecidos ha crecido durante su mandato, pero además ha sido omiso al reclamo de los colectivos de víctimas para buscar y dar con el paradero de sus familiares desaparecidos.
A nivel nacional Tamaulipas ocupa el nada honroso segundo lugar en personas que han sufrido desaparición forzada, solo lo supera Jalisco, gobernado por Enrique Alfaro, del Movimiento Ciudadano y dónde además el Cartel Jalisco Nueva Generación tiene libre tránsito, como el caso de Tamaulipas donde se disputan el territorio al menos cinco grupos criminales que no solo se pelean el trasiego de drogas, sino también el control del cruce de migrantes y “huachicol”-robo de producto de los ductos de Pemex- y todo aquello que les genere ingresos de manera ilegal, incluido el blanqueo de dinero.
Luego de la declarada guerra contra los grupos criminales, impulsada desde el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa, el exterminio en Tamaulipas no solo fue contra elementos de los grupos de narcotraficantes, sino contra la población desarmada, civiles inocentes, y fue justamente la población inerme la que puso los muertos y los desaparecidos.
Las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada de parte de la Policía Federal y de elementos del ejército, provocaron una crisis humanitaria de tumbas clandestinas, cuerpos sepultados en panteones forenses sin saber siquiera quienes fueron, o su origen, si eran mexicanos o extranjeros, pues no existe un banco de datos o de ADN para que sus familiares puedan localizar a los que les hacen falta.
Cabeza de Vaca secundó al espurio presidente Calderón, y olvidó y mandó acallar a quienes le reclamaban por sus desaparecidos, ese fue el caso de Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, quien fue ejecutada en la puerta de su casa, luego de qué ella hallará los restos de su hija secuestrada y asesinada, y ella misma atrapó a los asesinos y los llevó ante la Procuraduría de Justicia para que luego éstos escaparan del penal estatal y asesinarán un 10 de mayo del 2017 a Miriam.
La deuda de Vaca es mucho más dolorosa y lacerante que el saqueo a los bienes estatales; la muerte y la desaparición forzada de miles de personas a las que les prometió velar por su seguridad.
La población tomó una pequeña venganza y le hizo pagar cara su omisión en el reciente proceso electoral ante éstos y otros crímenes, pero aún falta la justicia terrenal, que llegará algún día, y la divina, de esa nadie se salva mucho menos Vaca.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.
Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, madre indomable, asesinada un 10 de mayo de 2017