La Comuna
José Ángel Solorio Martínez*
Dos de los más potentes grupos de gobierno del emergente MORENA en Tamaulipas, que fueron disminuidos –territorial y políticamente– por el triunfo de Américo Villarreal Anaya como gobernador, son oriundos de Nuevo Laredo y Reynosa. En el primer municipio, activa el afluente formado por los hermanos Cantú Rosas –Carmen Lilia y Carlos (CCR)–; en el segundo, actúa el bando capitaneado por la familia Peña Ortiz –Maky Ortiz y su consorte, Carlos Peña–.
Todo estaba enfilado para que CCR, ocupara un atractivo sitio en el Gabinete estatal. Circunstancia tal, le habría aportado mayor capital político a su persona y a su corriente local: trascendería de la política local, a la regional. E incluso, por el cargo que estaba destinado para él, –la Secretaría General de Gobierno– lo llevaría al obligado vínculo con los factores nacionales.
Hay que recordarlo: el segundo de a bordo del gobernador, es el natural y casi obligado interlocutor de la administración estatal y su capitán con los factores nacionales: el Secretario de Gobernación, y otros elementos del gobierno federal.
En la política real, eso no es poca cosa.
Sus problemas judiciales, penales, lo inhabilitaron para iniciar con la IV T desde el primer minuto del 1 de octubre. Es evidente: esos conflictos con la ley, no se disiparán ni este ni el próximo año.
(Su ya célebre pusilanimidad, –hay que recordar que él, era la carta de AMLO para la alcaldía, en 2018– pero le tembló la güila, y no asistió al mitin en donde lo destaparía el entonces candidato presidencial; no le tuvo fe a MORENA, ni a su candidato. Muy probablemente, ese hecho signó su futuro: el lópezobradorismo lo hubiera salvado de la embestida local. Hoy, esa conducta le sigue recordando la gallardía que exige ubicarse en la oposición. E igualmente: exhibe sus debilidades para ocupar una responsbilidad que demanda decisión y bizarría, como es la Secretaría general de gobierno).
Está claro: si no desmorona el poder local de los Cantú Rosas, sí lo achica la ocupación del espacio en el Gabinete estatal por el riobravense, Héctor Calabazo Villegas.
Los Peña Ortiz, vivieron tiempos de gloria y de dominio en la ciudad. Su rosario de equivocaciones, los arrinconaron en un sitio menor en el escenario estatal. Titubearon, en tomar partido en la opción PAN-MORENA. En un momento de la contienda interna, pareció que jugaban con el candidato panista: no reconocieron la legitimidad de AVA como candidato; no asistieron a eventos proselitistas del cardiólogo y sí abrió las puertas de su casa al Truco Verástegui; dio línea a los trabajadores del Ayuntamiento para mantenerse neutrales en una batalla fundamental para el lopezobradorismo en la región e incluso enfocó las baterías de su aparato de prensa contra Américo, su familia y su partido.
Se habla que irá a un cargo menor en el Gabinete morenista.
Realmente, no se ve un sitio de relevancia.
Ya las Secretarías de mayor peso específico –financiero y político– ya están separadas: las de Salud, General de Gobierno, Finanzas, Educación, Desarrollo Económico, Trabajo y Administración, ya tienen nombres y apellidos.
Es decir: queda sólo la morralla.
Y dice un principio de la administración y la política de la comarca: la morralla, es para la morralla.
La posibilidad de doña Maky de extender sus dominios más allá de Reynosa, se debilitaron. Es posible que sea llamada por el Ejecutivo estatal para que se sume a los trabajos de la IV T desde el Gabinete; podrá estar ahí, con la peculiaridad que será encapsulada para que no se convierta en un problema interno para MORENA el 2024.
Una pena: su condición de dama, la habría instalado en una postura envidiable en la justa interna morenista en el 2024 tamaulipeco.
Coincidencia notable: tanto CCR, como Ortiz Domínguez, fueron enanizados por sus respectivos exilios dorados…
…el primero en Laredo, Texas; la segunda, constreñida en la cómoda jaula de oro de una mini Secretaría.
*José Ángel Solorio Martínez es periodista, Doctor en Historia, escritor y analista político.