La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
Desde 1915, Tamaulipas no veía un Ejecutivo estatal, con tanto amor por el dinero del erario, como el que concluye su mandato. Ese lejano año, el gobernador, Luis Caballero, huyó hacia el norte del estado, ante el asedio de Máximo García, quien venía de Monterrey, Nuevo León, por mandato del mismísimo Pancho Villa a combatir a los Constitucionalistas asentados en Victoria.
Caballero, decidió irse y no presentar resistencia al villista –quien sin enemigo al frente se auto declaró gobernante de los tamaulipecos–.
No se fue con los bolsillos vacíos: se llevó todos los fondos que había en caja.
Respiró tranquilo, sólo hasta que estuvo en su natal Jiménez, lejos de las balas y los cañones del enviado del Centauro del Norte.
Obvio: el general García, no encontró un céntimo en los cajones de palacio de gobierno.
El gobernador electo, Américo Villarreal Anaya, sentirá la frustración del general Máximo: el penoso comienzo con finanzas enfermas.
“La administración actual, va a dejar una deuda con proveedores, entre dos y diez mil millones de pesos”, dice el presidente en el estado de la Confederación Patronal de la República Mexicana, COPARMEX, Mario Flores Pedraza.
Invitado al programa Los 40, de Radio Rey, de Reynosa, Tamaulipas, el dirigente empresarial expuso lo que algunos de sus miembros que trabajaron con la administración estatal panista, le informaron:
“Nos pedían el 30 por ciento de los contratos; y algunas veces, hasta más”.
Consideró que la nueva administración que encabezará Villarreal Anaya, debe acabar con esas formas de gobierno que dañaron a muchos empresarios y emprendedores.
Apuntó:
“La centralización de contratos para empresarios reynosenses, afectó a los victorenses”.
Flores Pedraza, señaló que otra conducta que dañó a los inversionistas del estado, fue el ser hostilizados por el gobierno estatal con auditorías a quienes pensaban políticamente diferente.
“El caso del diputado, Gustavo Cárdenas, creo que se debió a las denuncias muy potentes contra el gobierno, por la muerte del periodista (Toño de la Cruz). Es muy extraño, en negocios de giros distintos, –una gasolinera, un hotel y un restaurant– se haya dado al mismo tiempo ese tipo de auditorías”, subrayó.
No parece ser tarde para que los organismos empresariales levanten la voz.
Va en consonancia, con la denuncia hecha por el gobernador electo, en el sentido de que el gobierno estatal dejará un tiradero en todas las áreas de la administración pública.
El gobierno federal, tendrá que entrar al quite.
No sólo para pagar a los jubilados –9 mil– quienes en los primeros días de octubre deberán tener los pagos en sus manos y a la burocracia estatal, que sospecha que sus ahorros se evaporaron; también, tendrá que auxiliar al aterrizaje de la IV T en el estado, aplicando la ley a tanto funcionario panista que está en un ejercicio de saqueo nunca visto en el pasado tamaulipeco.
Sin el auxilio de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), sin la colaboración la Fiscalía General de la República FGR), el Ejército y la Marina, Villarreal Anaya nadará contra la corriente.
Urge la mano de la Federación.
Bajo las circunstancias actuales, cualquier Gabinete americanista, se verá pequeño ante el desafío que tendrá enfrente.
Más de 730 mil tamaulipecos, deseamos ver el cambio verdadero.