Ciudad Victoria, Tamaulipas. – Cuando la puerta de palacio se abrió, el grito surgió espontáneo, “¡Sí se pudo!, ¡Sí se pudo!, yo voté por Américo Villarreal”.
Y no faltó quien emocionado exclamaba: “¡Se hizo justicia!, ¡Ya llegó, ya llegó!”.
El gobernador Américo Villarreal Anaya avanzó hasta la fuente, a mitad del patio central y respondió a la ovación: “¡Vamos a hacer cosas buenas por Tamaulipas!”.
Así, de pie, aplaudiendo y asomándose por los balcones de los tres pisos, los burócratas recibieron a quien desde el sábado encabeza la transformación en Tamaulipas.
Américo Villarreal alzó su mano y después la colocó en su pecho, en señal de reciprocidad y agradecimiento al genuino cariño.
Los burócratas de más años de antigüedad evocaron la figura de su padre, el gobernador Américo Villarreal Guerra y contaron anécdotas con afecto, al momento de verlo llegar este lunes a Palacio de Gobierno.
“Sí se pudo!, Dios hizo justicia” exclamó un trabajador, que lo esperaba desde temprana hora en esa explanada central en la cual muchas veces lo vieron caminar junto a su padre.
Tras una entrevista con los representantes de los medios de comunicación, Villarreal Anaya agradeció el cálido recibimiento de los burócratas tamaulipecos, quienes prolongaron el aplauso, mientras algunos tomaban fotografías.
Luego, se enfiló hacia el lado derecho del Palacio, donde otra ciudadana acompañada de su hijo, lo saludó emocionada.
“Que sea un gobernador cercano a la gente, que la gente se acerque a usted, por eso luchamos por un gobernador como nosotros” le pidió aquella humilde mujer mientras lo tomaba de las manos.
Al continuar su recorrido en el pasillo, afectuosamente le pidieron la primera selfie, la del recuerdo, a la cual accedió sonriente.
El mismo cariño recibió cuando a primera hora junto a su esposa María Santiago de Villarreal, acudió a saludar a los trabajadores de la Secretaría de Educación de Tamaulipas y hasta a una prima hermana se encontró en su recorrido y la abrazó efusivamente.
“¡Sí se puedo!” Con igual júbilo, le dijo una de las servidoras públicas.
Con el apoyo de la clase trabajadora el gobernador Américo Villarreal empezó las acciones para transformar a Tamaulipas.
La expectativa llegó hasta los comercios instalados en las zonas aledañas como en la calle Juárez.
Patty, empleada desde hace 33 años en un tradicional negocio de gorditas expresó su alegría.
“Yo voté por Américo, no sé mucho de política, pero se ve que trae buenos proyectos”, dijo.