CdMex.-Los alebrijes son seres fantásticos que surgieron de los dolores y las pesadillas de un artesano mexicano, Pedro Linares, y que ahora son reconocidos por su valor cultural en todo el mundo. Como cada año, la capital mexicana fue el hogar de estas monumentales esculturas, que desfilaron por el corazón de la ciudad.
La décimo cuarta edición del Desfile de Alebrijes Monumentales concentró más de 200 criaturas creadas en distintos estados del país latinoamericano.
Después de su recorrido, al cual asistieron miles de personas, las esculturas, hechas en su mayoría de cartón, quedaron instaladas en el Paseo de la Reforma, una de las avenidas más concurridas y turísticas de la urbe.
Las creaciones monstruosas podrán ser observadas en ese espacio de la Ciudad de México hasta la primera semana de noviembre, detalló la Secretaría de Cultura del Gobierno local.
El desfile, encabezado por el Museo de Arte Popular, estuvo acompañado de música de la banda del cuartel general del alto mando de la Secretaría de Marina (Semar), y fue seguido por miles de ciudadanos que captaron los alebrijes con fotografías y videos de sus teléfonos celulares.
Vampiros rana, gatos con alas de murciélago, pumas con cuernos de alce, calaveras floridas, dragones y otros monstruos compusieron el color del evento, transportados por las calles del centro histórico de la capital del país en plataformas con ruedas.
El secretario de Gobierno de la Administración que encabeza Claudia Sheinbaum, Martí Batres, recordó que el desfile de alebrijes comenzó a las 11:00 horas, para seguirse por la marcha zombie a las 14:00 horas, el Festival del Globo Aerostático a las 18:00 horas y el Festival del Cempasúchil, todas actividades en el Centro Histórico con motivo del Día de Muertos, una de las mayores festividades de México que se celebra entre el 1 y el 2 de noviembre.
El Museo Nacional de las Culturas del Mundo recordó un día antes del desfile que el padre de los alebrijes, cartonero de profesión, fue el artesano Pedro Linares, quien perdió la conciencia a los 30 años debido a un malestar que le generó fiebre, delirio y el sueño que fue el antecedente de los alebrijes.
“De pronto, las rocas, las nubes y los animales del bosque lo rodeaban se convirtieron en criaturas extrañas e imposibles de distinguir”, como burros con alas, gallos con cuernos de toro o leones con cabeza de perro, aseveró el museo. “Todos gritaban una sola palabra: ¡Alebrijes!”.
Actualmente, los alebrijes son reconocidos en todo el mundo y han formado parte de exposiciones en ciudades como Nueva York, Londres y París.
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