Por María Jaramillo Alanís
Arnulfo Rodríguez Treviño, nuevo dirigente de la sección 30 del SNTE, presentó al comité ejecutivo seccional de la delegación VI que comprende Victoria, Güémez y Llera en el gimnasio de la escuela secundaria General 4.
Y es bueno recordar que dicho gimnasio nos costó a los padres de familia, que vendíamos de todo, desde de chocolates, -a diario- festivales, y el alto costo por inscripciones, y eso lo sabe la ex director Patricia Elena Roché, quien siempre pensó que la escuela era su propiedad y ella la capataz.
Un pequeño breviario de la memoria.
La educación en general, nos ha costado a los padres de familia, desde preprimaria hasta universidad, y que hoy nos cuestan más.
Qué bueno que el dirigente sindical de la 30 hace sus mítines y reuniones en edificios escolares, pero acaso ¿no cuentan con edificios propios? ¿Acaso Geño no les construyo el SARTET y hasta lana inicial le metió a su fondo de ahorros?
A saber. Pero mire ese no es el punto, el punto es que en la reunión de ayer, Arnulfo declaró que no irá a la SET hasta que se reúna con el gobernador Américo Villarreal Anaya.
Los maestros y maestras con los que hemos platicado sostienen qué lo que le pedirán al gobernador es la salida de Lucía Aimé Castillo Pastor, porque “operó” en la elección interna del SNTE en contra de la base magisterial y Arnulfo.
En qué poca agua se ahogan. ¿Acaso los maestros, el SNTE en particular, -memoria, señores, memoria- no operaron en contra del entonces candidato Américo Villarreal Anaya, acaso, el SNTE no estaba en manos de Vaquistas? Evidentemente no todos los integrantes del SNTE.
Me parece que el dialogo entre el SNTE y el Jefe del Ejecutivo, no podrá ser, sí por delante va la exigencia de que echen a Lucía Aimé. Ahora, sí mucho me apuran, Castillo Pastor tampoco es cercana ideológicamente a la 4T y no es novedad, pero a Villarreal Anaya, le resulta que ha sido eficiente y ha dado resultados frente al desorden administrativo que había y sigue habiendo en la SET.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.