Los investigadores han dado un pequeño paso hacia la realización de un sueño de larga data: recolectar energía solar en el espacio y enviarla a la Tierra.
Un satélite experimental lanzado en enero transmitió por primera vez energía en un haz de microondas, dirigió el haz hacia los objetivos y envió parte de esa energía a un detector en la Tierra, anunció el Instituto de Tecnología de California la semana pasada.
Según algunas estimaciones recientes, los generadores en órbita gigantes pronto serán competitivos con las plantas nucleares terrestres, si los costos de lanzamiento continúan disminuyendo.