Por María Jaramillo Alanís
Respondiendo pienso que sí, pues la marca Morena se perfila para seguir ganando, aunque se parece mucho al viejo y desahuciado PRI, que no quiso, ni supo cómo enderezar su barco, mucho menos ejerció la autocrítica, eso sí, eran disciplinados como soldados al servicio de la Patria… pero, los morenos, dice mi presidente Andrés Manuel López Obrador, no son iguales, ni roban, ni mienten y mucho menos traicionan al pueblo y que disque no saben simular.
Pero mire carísimo lector, yo le creo a pie juntillas al presidente López Obrador, a los morenistas como Adrián Oseguera Kernión, heredero de Joaquín Hernández Galicia, ya finando, se le pueden y deben endosar todos los epítetos que gusten y manden, yo sólo le diré que aunque vaya a ser diputado federal, SÍ es un traidor, SI miente, SÍ roba, y SÍ suele trabajar para prianistas, así que no le crea ni el padre nuestro.
Magaly Deándar le darán la candidatura por tanto insulto que le han recetado las mujeres panistas, por cierto, la diputada de Oseguera, Leticia Vargas, en la más reciente sesión y desde la más alta tribuna de Tamaulipas le sorrajó a Magaly; “cállate #uta, contigo tengo cuentas pendientes”, de hecho la misma vulgar y corriente diputada, arremetió, así como verdulera, una arenga contra Don Heriberto Deándar, papá de Magaly y empresario de los medios de comunicación en Reynosa.
La legisladora reynosense, heredera de Don Heriberto, tiene méritos propios, y ha construido una caparazón contra toda clase de insultos de las panistas que se frotan las manos para que Magaly les responda, mínimo con una mentada, pero ni eso se merecen los corrientes y vulgares.
Olga Juliana Elizondo, la sempiterna diputada, volverá a la curul, seguramente irá por otros seis años en San Lázaro, haciendo nada, pero cobrando como debe ser…Ya chole con esta señora, que representa sabe Dios a quién, solo de pensarlo hasta da escalofríos.
De Casandra de los Santos, en Río Bravo nacida, hay que esperar que no vaya a la Cámara a hacer desfiguros, no solo hay que ser diputada sino que hay que leer y prepararse.
Casandra es de un pueblo polvoriento de llega y vete, donde los alcaldes se han pasado el presupuesto por el arco del triunfo, pero ni una manita de gato le dan.
Da gusto que vaya Casandra, pues en Río Bravo, la mayoría de varones son machistas, misóginos y rupestres, y solo por eso hay que aplaudir que vaya está mujer norteña.
¿Le suena el nombre de Blanca Araceli Narro Panameño? Ni idea de quien sea, pero preguntando, se sabe que es diputada plurinominal y que repetirá como diputada federal. Ojalá me informen qué ha hecho la “ñora” para merecer tal distinción.
Carlos Canturosas, será diputado, sin duda, él buscaba la senaduría pero no pegó su chicle, se conforma con la curul en San Lázaro y eso lo catapulta directo a la candidatura, digo, sino sucede otra cosa o se tropieza de nuevo con el PAN, por la gubernatura. El sueño dorado de los Canturosas Villarreal.
Del Profe Mario López alias La Borrega, no se puede decir más que puras lindezas, como decía la vecina de mi papá cuando le preguntaba a dónde iba tan emperifollada y aquella rauda y veloz respondía; “Ay Don Nico, es que tengo marido y querido y otro que me andan dando”. Así la famosa “borrega”.
Machista, misógino y grosero. Lo cierto es que lo quieren lejos de Matamoros y seguramente en San Lázaro hará menos daño.
Karl Heinz Becker Hernández, sobrino de Eugenio Hernández Flores, pero que en la campaña en la que Américo Villarreal Anaya le dio una paliza a los Cabecistas, se aventó toda la gira del entonces candidato y hoy gobernador. Joven, de poca experiencia en el servicio público, pero eso sí, le sobra carisma, cosa que se heredó en casa.
De los mencionados, algunos cumplen con la máxima de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, y nos toca a los ciudadanos de Tamaulipas, exigirles que bajen de su pedestal, que no son Dioses ni Diosas, que son los dineros del pueblo los que usan en sus salarios.
La marca Morena les hará ganar, no hay duda, y ojalá entiendan que es por Andrés Manuel, quien construyó un monstruo de partido-movimiento en el que se cuelan hasta los traidores, y se les dará la oportunidad de nueva cuenta.
¡No te acabes Clara Zetkin que te quiero pa’tambor!
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.