Por María Jaramillo Alanís
En un México donde la gente busca un cambio tangible, la presidenta Claudia Sheinbaum ha logrado una aprobación notable en su primer mes de gobierno. De acuerdo con encuestas de periódicos de la Ciudad de México, su respaldo popular no solo refleja su compromiso con la justicia social, sino que también subraya el éxito de su colaboración con líderes estatales afines. Entre ellos, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, se ha convertido en un ejemplo de eficiencia y ética en la administración pública, fortaleciendo la visión de un México más justo e inclusivo.
La reciente auditoría de la Cuenta Pública 2023 por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) mostró que Tamaulipas no registró observaciones en el manejo de recursos, un logro que respalda la seriedad con la que se administra el estado.
La transparencia y responsabilidad que caracteriza a la gestión de Villarreal refleja el espíritu de la Cuarta Transformación y es, en sí mismo, un mensaje claro: en Tamaulipas, los recursos se utilizan para servir a la gente, especialmente a quienes han sido históricamente olvidados. Esta es una promesa cumplida, alineada con el proyecto de Sheinbaum, y que tiene un impacto directo en la aprobación popular de la presidenta en esta entidad.
Al mirar de cerca, esta alianza entre gobierno federal y estatal ha permitido la implementación de programas que buscan el desarrollo social y económico de Tamaulipas. Desde la mejora de infraestructuras en áreas marginadas hasta el impulso a programas de salud y educación, las acciones conjuntas están cambiando vidas y otorgando a los tamaulipecos un sentido de progreso palpable. Estos logros reflejan un modelo de gobierno que privilegia a los más vulnerables, a la vez que garantiza un uso responsable de los recursos públicos.
Para Tamaulipas, esta alianza es una oportunidad de crecimiento y estabilidad, respaldada por una administración que da prioridad a las necesidades reales de sus ciudadanos.
La confianza que los tamaulipecos han depositado en Sheinbaum y es una muestra del respaldo a un gobierno que no solo habla de cambio, sino que lo hace posible a través de políticas inclusivas y sostenibles. Este esfuerzo colaborativo entre la presidenta y el gobernador ha convertido a Tamaulipas en un estado ejemplo de la transformación nacional.
La alianza Sheinbaum-Villarreal representa algo más que un pacto político; es un modelo de gobierno que responde con honestidad, transparencia y eficiencia, y que demuestra que el cambio verdadero se logra trabajando en equipo. Con un compromiso inquebrantable por el bienestar de la gente, esta colaboración se perfila como un símbolo de éxito para el país.
Tamaulipas y su gente merecen este esfuerzo, y con el respaldo de la Cuarta Transformación, ven cómo sus demandas de justicia y desarrollo encuentran respuestas efectivas y duraderas.
Veremos y contaremos si la dupla Sheinbaum-Villarreal, se animan a desatar el nudo gordiano de los rezagos sociales que dejaron los gobiernos neoliberales.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.