Por María Jaramillo Alanís
Les cuento que Erasmo González Robledo y Armando Martínez, alcaldes de Madero y Altamira, respectivamente, viajaron hasta la Perla Tapatía para que Benjamín Galindo Marentes asistiera al Estadio Tamaulipas, donde le rendirían un homenaje previo al encuentro entre las Chivas y la Jaiba Brava de Tampico-Madero. Y así ocurrió.
Sin embargo, hasta el homenaje al “profe” Galindo fue opacado por un mequetrefe que, con amenazas e intimidaciones, expulsó del estadio a un niño que portaba la camiseta de las Chivas del Guadalajara.
En medio del alboroto, nadie intervino para detener la agresión a un pequeño cuyo único “pecado” era ser aficionado del equipo visitante.
Es bien sabido que las porras de la Jaiba Brava no suelen comportarse con aficiones foráneas y, en este caso, actuaron como ese grandulón que, aparentemente, formaba parte del equipo de seguridad.
Hoy, la directiva de la Jaiba Brava emitió un comunicado deslindándose del agresor y vetándolo de las instalaciones del Estadio Tamaulipas.
A manera de sugerencia, la Federación Mexicana de Futbol —que para algo debería servir— podría vetar a este energúmeno, boletinarlo en todos los estadios y prohibirle el acceso a cualquier recinto deportivo. Además, el agresor debería disculparse públicamente con el menor afectado y su familia.
Por otra parte, el Instituto del Deporte de Tamaulipas bien podría llamar la atención a los alcaldes sureños. ¿Qué andaban buscando en Jalisco? ¿Acaso en Tamaulipas no hay deportistas que merezcan homenajes?
Por si no lo saben, González Robledo y Armando Martínez —quien, dicho sea de paso, organiza mañaneras que cuestan una fortuna al erario— deberían voltear hacia su región. En el sur existe una arraigada tradición beisbolera que abarca la zona conurbada y el norte de Veracruz. Podrían organizar partidos con equipos de la Liga Mexicana o la del Pacífico, incluso traer equipos de Cuba, Venezuela o República Dominicana. Les falta creatividad, pero dinero tienen.
Lo más absurdo: el alcalde de Madero, González Robledo, homenajeó a Galindo pero prefirió tomarse la foto con Javier “El Chicharito” Hernández, quien en su momento se cansó de insultar al presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿No tiene memoria o simplemente le da igual? Quizá recordó sus propios ataques al mandatario.
Les falta memoria, creatividad y, sobre todo, dignidad.
Mis respetos para Benjamín Galindo Marentes, uno de los más talentosos mediocampistas del futbol mexicano y que debutó con el Tampico. Y un abrazo al niño agredido por el patán al que la directiva de la Jaiba Brava ahora pretende hacer pasar por un simple aficionado.
Lamentablemente, este tipo de situaciones son frecuentes en los estadios de futbol, impulsadas por el alto consumo de alcohol que las autoridades permiten vender a los dueños del balón.
Desde mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.