María Jaramillo Alanís
La gira del gobernador Américo Villarreal Anaya por los municipios fronterizos de Tamaulipas plantea preguntas importantes sobre la efectividad y el propósito de las acciones gubernamentales en temas tan sensibles como la migración, la seguridad y el desarrollo económico.
Aunque el discurso oficial resalta un compromiso inquebrantable con el bienestar de los tamaulipecos, es imprescindible analizar si estas iniciativas trascienden el simbolismo y generan resultados tangibles.
Políticas reales ante un acto de emergencia
El arribo de políticas migratorias restrictivas y racistas en Estados Unidos, como las repatriaciones masivas impulsadas por Donald Trump, coloca a Tamaulipas en el epicentro de una crisis humanitaria. Las respuestas del gobierno de la República, ciertamente, hablan de que México atenderá a los deportados, sean de la nacionalidad que fuesen, sin embargo, cual es la aportación de Tamaulipas, desde el gobierno estatal hasta los municipios fronterizos, ante esta crisis.
Y en este marco se sitúa la visita del gobernador a los Centros de Atención a Migrantes, dentro de la estrategia ‘México te Abraza’ es, sin duda, un gesto necesario. Sin embargo, la pregunta central es: ¿qué sucede después de esa primera ayuda? ¿Cómo y en qué ayudan las alcaldesas y alcaldes fronterizos? Si como es sabido Carlos Peña Ortiz, -en Reynosa-cuestionó que hayan destinado el Parque Cultural como sede de atención a migrantes. ¿Cómo harán para hacerles comprender que urge la empatía y solidaridad con quienes han sido expulsados de Estados Unidos?
Al tiempo que se revisan los centros de acogida para los migrantes deportados por la frontera de Tamaulipas, también se reevalúa la seguridad, por esa razón Villarreal Anaya se reúne desde este martes con todos los alcaldes y alcaldesas de la franja fronteriza, de Matamoros a Nuevo Laredo. Por cierto; ojalá que Carmen Lilia Cantú Rosas, no lleve su abrigo de Mink ni sus tenis Valentino, de hecho debería subastarlos para obtener fondos para los migrantes.
Volviendo al tema, la realización de Mesas de Seguridad en los municipios fronterizos muestra la intención de involucrar a los alcaldes y cabildos en la solución del problema. No obstante lo que genera dudas sobre si estas reuniones se traducen en estrategias concretas y sostenibles, o si son un mero ejercicio mediáticos para que se placeen especímenes como Olga Sosa y el infumable José Ramón Gómez de los “huachicoleros” de siempre.
Desarrollo e inversión, las promesas recurrentes
La colocación de la primera piedra para una planta de fertilizantes en Reynosa y el anuncio de nuevas inversiones son noticias positivas en el papel. Pero la experiencia dicta prudencia, proyectos similares han sido anunciados en el pasado sin llegar a concretarse o sin generar el impacto esperado en las comunidades.
De humanismo está empedrado el camino…
La narrativa de Villarreal Anaya se enmarca en un perfil humanista, destacando la solidaridad con los repatriados y la atención a los sectores más vulnerables.
El gobernador Américo tiene ante sí una oportunidad única de demostrar que su mandato es más que discursos y giras, es decir, deberá mostrar que verdaderamente está sentando las bases para la transformación de la vida pública en Tamaulipas.
Para ello, será necesario que las acciones emprendidas en esta gira tengan un impacto real y duradero. Los tamaulipecos necesitan soluciones efectivas, resultados tangibles y un compromiso genuino que trascienda la coyuntura mediática.
Y más allá de las deportaciones y el tema migratorio, esta sería una ocasión de oro para que el gobernador vuelva y les diga a los alcaldes y alcaldesas qué cosa es la transformación, y que los ciudadanos no dan cheques en blanco, ya no, ese tiempo pasó a mejor vida, a Dios gracias.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.
