Por María Jaramillo Alanís
Luego de que Ramón Alberto Garza dejará el periódico el Norte, creo el medio digital Código Magenta -entre muchos otros-y al igual que en su medio de origen ha mantenido una narrativa basada en mentiras, distorsiones y de extorsión. Sus disparos dicen sus admiradores, son tiros de precisión que ahora van dirigidos contra Américo Villarreal Anaya.
Detrás de esta nueva campaña en la que suele estar agazapados los militantes de la derecha, que es lo mismo que corrupción, lo fue contra Andrés Manuel López Obrador y lo es contra Claudia Sheinbaum Pardo.
La campaña tendenciosa, además de los pesos que exige Garza-muchísimos- hay un rostro bien conocido en Tamaulipas: el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca que dos meses antes de culminar su mandato, se fue por la puerta de atrás, dejando en quiebra a la administración estatal.
Pero sus muchachitos, sembrados estratégicamente, por ejemplo el Fiscal Carnal Irving Barrios, sigue siendo omiso a las investigaciones y carpetas contra su jefecito, y juega el papel de espía doble, le lleva y trae información a Vaca.
La estrategia es clara. A medida que la justicia avanza en el esclarecimiento de los actos de corrupción del cabecismo, los ataques mediáticos se han intensificado.
El coordinador de Comunicación Social del gobierno estatal, Francisco Cuéllar Cardona, ha señalado directamente a los autores de esta guerra sucia, desmontando la red de falsedades que buscan sembrar dudas en la opinión pública.
El gobierno de Villarreal Anaya ha demostrado un compromiso con la libertad de expresión y la crítica, pero eso no significa que deba tolerar la calumnia, la infamia y la desinformación.
Hasta hoy, el gobierno de la 4a Transformación afirma que no se trata de censura, sino de evitar que quienes han saqueado el estado usen a la prensa como un escudo para encubrir sus delitos.
La campaña de difamación contra el gobierno de Tamaulipas no es coincidencia, inició con fuerza cuando la justicia empezó a tocar a los responsables de la corrupción panista.
Los datos así lo confirman: en solo tres meses, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción ha integrado 790 expedientes, que involucran a casi 500 exfuncionarios cabecistas.
Hasta ahora, 15 exfuncionarios han sido procesados, entre ellos el exsecretario de Bienestar, Rómulo Garza Martínez, capturado recientemente en San Luis Potosí y puesto tras las rejas, aunque este haya obtenido un amparo de la justicia federal, el delito cometido contra el presupuesto de los tamaulipecos existe y no librará la cárcel.
Ante los hechos justiciables, los ataques del cabecismo han subido de tono. Una vez más, el nombre de Sergio Carmona ha sido puesto sobre la mesa, y se les olvida que fue Cabeza de Vaca con quien tuvo nexos, otorgándole millonarios contratos a lo largo de su sexenio en agradecimiento por el financiamiento de su campaña para gobernador y la de su hermano Ismael para el Senado.
Aquí está el verdadero motivo detrás de los ataques: Francisco García Cabeza de Vaca sabe que la justicia le pisa los talones. Y en su desesperación, intenta confundir a la opinión pública con mentiras y manipulación mediática.
Los tamaulipecos saben de qué pata cojean los García Cabeza de Vaca, y de lo que son capaces de urdir y hasta a quienes utilizan, por eso no espanta la desinformación, la guerra sucia que usan tratando de frenar por un lado el avance de la justicia contra ellos, -delincuentes-, y por otra parte, el evidente avance de los gobiernos de la transformación que le están dando resultados a la población.
Dicen que dijo el Quijote; “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”
Desde mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.