María Jaramillo Alanís
El Tercer Informe de Gobierno de Américo Villarreal Anaya, presentado en Tampico, no solo fue una rendición de cuentas, sino una reafirmación del rumbo que ha tomado Tamaulipas bajo su guía.
Un estado que ha vivido ciclos de corrupción y desorden administrativo en el pasado, la actual administración se esfuerza en marcar una diferencia basada en la transparencia, la disciplina financiera y un modelo de gobierno centrado en el bienestar social.
Uno de los puntos relevantes del informe fue la reforma judicial, respaldada como un paso trascendental para fortalecer el sistema de justicia en Tamaulipas.
En un país donde la impartición de justicia ha sido históricamente desigual, Villarreal Anaya apuesta por consolidar el Poder Judicial estatal es una señal de compromiso con la democracia y el Estado de derecho.
En cuanto a la transformación política y administrativa, el gobernador destacó la modernización del Ejecutivo estatal, fundamentada en la honestidad y la eficiencia.
Y en este sentido hay que apuntar que Tamaulipas ha transitado de un modelo de opacidad y endeudamiento excesivo a uno donde la confianza ciudadana se ha convertido en pilar del desarrollo.
Esto se refleja en el presupuesto de 2024, con una recaudación récord de más de 12,000 millones de pesos, resultado de una administración financiera responsable y de la credibilidad recuperada entre los contribuyentes.
Al inicio del sexenio encabezado por Américo, la deuda ascendía a 16,000 millones de pesos, una cifra que ha comenzado a disminuir con medidas de disciplina fiscal. Además, la calificación crediticia Triple A con perspectiva estable confirma que el manejo financiero del estado es sólido y confiable.
Tamaulipas también se posiciona a nivel nacional por su transparencia financiera, sin observaciones en la Cuenta Pública 2023 por parte de la Auditoría Superior de la Federación.
Esto contrasta con la administración anterior, que dejó observaciones por 17,900 millones de pesos en la Cuenta Pública 2022.
La diferencia entre ambos gobiernos no solo es de gestión, sino de principios: mientras el pasado estuvo marcado por irregularidades, saqueo y corrupción, el presente se esfuerza por consolidar la rendición de cuentas y la transparencia.
El mensaje de Américo Villarreal es claro: Tamaulipas avanza con paso firme hacia una transformación que privilegia el bienestar social, la justicia y la estabilidad económica.
La diferencia con administraciones pasadas es evidente, y la confianza ciudadana respalda este nuevo rumbo.
Sin embargo, la verdadera prueba de esta transformación será su impacto tangible en la calidad de vida de los tamaulipecos. Ahí es donde radica el verdadero reto.
Obviamente los tamaulipecos tenemos claro que el Gobierno de Américo Villarreal es infinitamente mejor que sus dos antecesores; Egidio, un enfermo y demencial estulto enguiscado, que jamás supo gobernar, y los otros, Vaca y su pandilla panista, redomados ladrones.
Por supuesto que es infinitamente mejor lo que estamos viviendo con el gobierno de Américo.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.