Por María Jaramillo Alanís
Los más de 1.2 millones de visitantes que recibió Tamaulipas durante Semana Santa podrían parecer una gran noticia. Y lo son, en apariencia. Reflejan un aumento del 30.84% respecto al año anterior y colocan al estado en los titulares por un resurgimiento turístico. Pero detrás del optimismo, vale la pena detenerse y preguntar: ¿qué estamos construyendo realmente?
Porque una industria no se edifica con temporadas altas, ni con operativos temporales de seguridad, ni con espectaculares cifras que cada año se presumen en comunicados. Una industria —la turística, en este caso— se construye con visión, planeación de largo plazo, infraestructura sólida y políticas públicas sostenidas más allá del calendario vacacional.
El despliegue de seguridad y servicios en Semana Santa fue correcto, incluso necesario. Los hoteles llenos y las playas concurridas no deben confundirnos: lo que se vive en Tamaulipas sigue siendo un esfuerzo reactivo, no una estrategia integral.
Benjamín Hernández, titular del área, se le da mucho eso de manejar cifras altísimas, pero…sin inversión estructural, sin promoción permanente, sin conectividad aérea ni mejoramiento urbano continuo, el turismo seguirá siendo una “burbuja” de temporada.
Miramar no puede seguir siendo el único emblema turístico. Tampico, Madero y Altamira necesitan más que operativos temporales: requieren proyectos que detonen empleo estable, inversión privada, centros de formación turística y una narrativa de identidad regional que sostenga la llegada de visitantes durante todo el año.
Si Tamaulipas quiere que el turismo sea una industria real —sin chimeneas, como se dice coloquialmente—, necesita mirar más allá del espejo de Semana Santa.
La confianza ciudadana no se recupera con cifras; se recupera con hechos sostenibles, con políticas de fondo y con gobiernos y funcionarios como Hernández que entiendan que el turismo no es propaganda: es desarrollo económico y social de largo plazo.
Preguntas al margen…
¿Galilea Montijo vino de a grapa a Matamoros? La actriz de quinta se paseó en una Jeep Gladiator 6×6, por la Playa Bagdad ¿de dónde salió? Y el decálogo de la 4T, se lo pasan por el arco del triunfo. Dónde quedó aquello de la austeridad republicana…ya, ya sé, se fue con mi presidente Andrés Manuel.
¿Y las y los diputados cómo para qué sirven? Para aplaudir como focas sin rubor alguno.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.