Por María Jaramillo Alanís
En una muestra más del servilismo legislativo disfrazado de “responsabilidad”, el diputado local Armando Zertuche Zuani ha salido a defender lo indefendible: que es “innecesario” adelantar la entrada en vigor de la reforma contra el nepotismo electoral en Tamaulipas.
Según él, como ya se decidió que la prohibición aplique hasta 2030, no hay razón para incomodarse proponiendo que sea en 2027, como originalmente sugirió la presidenta Claudia Sheinbaum.
Es decir, para Zertuche y la mayoría de Morena, resulta más cómodo alinearse al letargo nacional que tener una postura firme y local contra uno de los vicios más arraigados en la política mexicana: la herencia de cargos entre familiares. No legislar por Tamaulipas, sino esperar a que otros lo hagan, es la nueva narrativa del diputado oficialista.
Pero la posición del diputado de Reynosa no sólo es tibia: también es profundamente cínica. Y es que Armando Zertuche no es ajeno al linaje político: su propio sobrino, el anodino Juan Carlos Zertuche, milita en Movimiento Ciudadano y actualmente ocupa una curul como diputado. ¿Y aun así se atreve a decir que es “innecesario” legislar contra el nepotismo? ¿Con qué cara?
Su defensa del calendario largo para prohibir la herencia de cargos parece más una estrategia para mantener intactos sus propios intereses familiares, que una postura de “responsabilidad institucional”.
El Congreso de Tamaulipas, lejos de actuar con autonomía y visión, simplemente acata lo que ya está “suficientemente discutido”, según Zertuche.
Como si el deber de representar a los tamaulipecos consistiera en no hacer olas.
La propuesta del PAN, aunque oportunista, tenía sentido: establecer desde ya un freno legal al nepotismo electoral. Pero en el juego legislativo de las mayorías cómodas, eso se desechó sin siquiera abrir la discusión. Porque lo verdaderamente innecesario, al parecer, es renunciar a los privilegios que el poder —y el parentesco— otorgan.
La política no puede seguir heredándose como si se tratara de una empresa familiar. Zertuche y quienes como él la defienden, deberían al menos tener la honestidad de aceptar que están protegiendo a los suyos. Lo demás es puro discurso.
Como veo doy…
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.
