Por María Jaramillo Alanís
En política, hay semanas que definen el rumbo de un gobierno. Y para Tamaulipas, la semana que concluyó fue una de ellas.
Américo Villarreal Anaya sostuvo en la Ciudad de México una intensa agenda de trabajo, gestionando recursos y proyectos de alto impacto social que darán forma al nuevo rostro del estado. Lo hizo en seguimiento a los acuerdos establecidos con la presidenta Claudia Sheinbaum, demostrando que la coordinación entre ambos niveles de gobierno no solo es sólida, sino también eficaz.
Antes de partir a la capital, el gobernador tomó protesta al nuevo Consejo Consultivo de Turismo en Tampico, acompañado por la secretaria federal Josefina Rodríguez Zamora. Ahí se confirmó lo evidente: el turismo en Tamaulipas vive un impulso inédito, con respaldo y visión a largo plazo.
Ya en la CDMX, Villarreal Anaya dialogó con piezas clave del gabinete federal: con la subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez Castro, abordó temas como infraestructura hospitalaria y certeza laboral para el sector salud. Con Jesús Esteva Medina, secretario de Infraestructura, revisó el avance de obras vitales como el Puente Nuevo Laredo III y el Segundo Puente Pánuco, que darán mayor conectividad al estado y reforzarán su papel estratégico en el comercio nacional e internacional.
La salud no se quedó atrás: el gobernador se reunió con Zoé Robledo para coordinar acciones con el IMSS-Bienestar. Y con el titular de Hacienda, Edgar Amador, afinó mecanismos para financiar los proyectos prioritarios de su administración. Como broche final, sostuvo un encuentro con el dirigente del CCE, Francisco Cervantes, buscando mayor participación del sector privado en el desarrollo de Tamaulipas.
En resumen: gestión, visión y resultados. Tamaulipas avanza con paso firme, con un gobernador que sabe tocar las puertas correctas y una presidenta que responde con hechos.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.
