Por María Jaramillo Alanís
Ciudad Victoria, Tamaulipas. – En un intento por apuntalar el discurso de la oposición en Tamaulipas, el vocero del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Jorge Triana Tena, vino a echarle una mano a los suyos y de paso a defender al exgobernador prófugo de la justicia, Francisco García Cabeza de Vaca.
Acompañado del dirigente estatal del PAN, Luis René “Cachorro” Cantú Galván, montaron dos minutos de silencio en memoria del exdiputado Óscar Almaraz Smer y de Jorge Galván, “El Potrillo”, asesinado el fin de semana pasado. El gesto buscaba mostrar sensibilidad, aunque la crítica no tardó en señalar el tono político del acto.
Cantú Galván acusó que en el caso de “El Potrillo” no hay avances de la Fiscalía General de Justicia del Estado y ningún detenido, como si desconociera que fue su propio partido el que mantuvo a Irving Barrios Mojica en el cargo hasta diciembre próximo.
La conferencia tuvo como eje atacar a Morena, acusando que “sus activos o son huachicoleros o son narcos”. Triana Tena fue insistente:
> “Lo que les exijo es que se hagan cargo de sus muertos, de sus huachicoleros”.
Sin embargo, reculó cuando se le recordó que la llamada “guerra contra el narco” comenzó con Felipe Calderón y fue continuada en Tamaulipas por el propio Cabeza de Vaca, dejando muertos, desaparecidos y periodistas asesinados.
Triana aseguró que “el PAN no tiene ningún problema con Cabeza de Vaca” y sostuvo que “nadie puede llamarlo delincuente”, pues en realidad “su participación con las autoridades estadounidenses es de colaboración, digamos, como testigo protegido”.
Cantú Galván, visiblemente incómodo, balbuceó cuando se le preguntó si el exgobernador había estado en Tamaulipas:
> “No sé si haya venido, él me habló en mi cumpleaños y yo le llamé en el suyo”.
Frente a los señalamientos de periodistas sobre el saqueo de dependencias en la administración panista, Triana prometió investigar “tope donde tope, sin proteger a nadie”, aunque la conferencia mantuvo un solo tono: el lamento de que “nadie les hace caso” tras tantas mentiras acumuladas.
Al final, la escena dejó claro que el PAN sigue atrapado en su propio relato: defiende al prófugo, ataca sin pruebas y pide justicia, pero se resiste a mirarse en el espejo de su propio sexenio.
