Por María Jaramillo Alanís
Dos días antes de inaugurar en Tampico la edición 32 del Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano, el gobernador Américo Villarreal Anaya reafirmó, durante su mensaje de recuento a la mitad del camino, que la transformación de Tamaulipas también es cultural.
“Nuestra transformación también es cultural —dijo—, cubre el ámbito de la creación, la divulgación y el derecho al disfrute del arte”. Una frase que resume la esencia humanista del gobierno de la transformación y que marca una diferencia sustancial con el pasado reciente.
A tres años de gestión, el mandatario estatal ha revitalizado la vida cultural de Tamaulipas, dignificando espacios que durante años permanecieron en el abandono y reabriendo las puertas a la comunidad artística. Esta nueva etapa no sólo devuelve a la ciudadanía el acceso a la cultura, sino que hace efectivo el derecho constitucional al disfrute del arte, establecido en el artículo 4 de la Carta Magna.
El rescate del Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano, creado durante el gobierno del ingeniero Américo Villarreal Guerra, es ejemplo claro de esa visión. En su edición número 32, este magno encuentro reúne la participación de 14 naciones y se proyecta como el escenario cultural más relevante del estado, llevando actividades artísticas a los 43 municipios de Tamaulipas del 3 al 12 de octubre.
Tiene razón el gobernador cuando afirma que la cultura abona a la integración social y a la construcción de la paz, porque el arte y la creación son instrumentos que unen, que enriquecen la conciencia colectiva y nos permiten imaginar el futuro que queremos.
Hoy, a diferencia del pasado inmediato en el que el impulso cultural fue relegado, olvidado y los espacios culturales abandonados, el gobierno de Villarreal Anaya reconoce a las y los creadores, dignifica los espacios y rescata el patrimonio artístico que da identidad a Tamaulipas.
Es verdad que la transformación es cultura desde de nuestros antepasados, que hoy hemos recuperado con orgullo, hasta lo realizado hasta nuestros días florece en todos los puntos cardinales de Tamaulipas.
La transformación también se debe reflejar en los escenarios, en las plazas públicas, en la música y en las manos creadoras de nuestro pueblo y dándole el lugar que se han ganado las y los artistas, poetas, escritoras, escritores.
Aún espero que en los próximos meses el ITCA o el Congreso de Tamaulipas, realicen un homenaje o se publique la obra de Nohemí Sosa Reyna, escritora, periodista de nuestra tierra.
Es decir, que la transformación debe hallarse en el quehacer cotidiano de un pueblo que quiere y anhela crear para vivir en paz.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.



