Por Libia Victoria
El dirigente del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Tamaulipas, Manuel Muñoz Cano, es sancionado por referirse a la diputada Katalyna Méndez como “la niña”. Este incidente escaló a una denuncia formal por violencia política de género.
He visto el video donde Muñoz Cano la menciona. Se refiere a ella, efectivamente, como “la niña Katalyna” sin añadir mayores calificativos. No hubo, a mi juicio, un agravio manifiesto, ni un intento de minimizar su figura con señalamientos denostativos. Personalmente, habría añadido otros calificativos más incisivos, como “la niña de los contratos”, “de lo oscurito” o “del ukelele desafinado”, pero el dirigente se limitó a mencionarla sin mayor agresividad.
A pesar de la aparente levedad del comentario, la diputada no aguantó y procedió a denunciar por violencia política de género. Si bien no es una menor de edad, y es una señora y madre autónoma, la diputada Katalyna Méndez decidió utilizar su posición y su perspectiva de un feminismo quizás demasiado radical para acusar a Muñoz de haberla violentado.
Ciertamente, son tiempos de mujeres, de empoderamiento, de visibilidad y respeto. Sin embargo, no podemos obviar lo principal: la verdad, el juicio y la objetividad.
Hasta hoy mismo desconocemos cuales son los méritos de la diputada Méndez para ocupar el cargo que ostenta, pues debe recodarse que es legisladora siglada por el Verde Ecologista, luego apresuradamente brincó a la bancada de Morena.
Por lo anterior, considero que la diputada debería estar más ocupada en sus propuestas y en la encomienda que le dieron los tamaulipecos que votaron por su proyecto, pues el pueblo pone y el pueblo quita.



