Ansiedad, depresión y drogas: la crisis en las aulas de Tamaulipas

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Por María Jaramillo Alanís

Ciudad Victoria. – La Secretaría de Educación de Tamaulipas ha decidido enfrentar la creciente ola de ansiedad y depresión en las escuelas con el programa “Atentamente”, que capacita a los maestros como acompañantes emocionales. El secretario Miguel Ángel Valdez García reconoce lo que ya es imposible negar: la salud mental se convirtió en una “epidemia emocional” después de la pandemia del Covid-19.

El enfoque es correcto en su diagnóstico, pero limitado en su ejecución. La capacitación a docentes en temas de empatía y contención emocional puede servir como medida preventiva, sin embargo, no sustituye la atención profesional que corresponde a psicólogos y especialistas.

En un sistema educativo cargado de tareas administrativas y pedagógicas, trasladar a los maestros la responsabilidad de atender crisis emocionales puede convertirse en un paliativo que maquille el problema sin resolverlo de fondo.

A este panorama se suma otro tema que la Secretaría de Educación apenas toca: los altos niveles de consumo de drogas en primarias y secundarias, tanto públicas como privadas. Aunque se difunden campañas contra el fentanilo, lo cierto es que en la práctica han tenido un efecto adverso: mientras más se habla de la sustancia, comienzan a detectarse casos de jóvenes que la consumen en Tamaulipas y en México.

El impacto va más allá de la salud. El consumo de drogas descompone la estructura familiar, aumenta los niveles de violencia y contribuye a que los adolescentes crezcan con un marcado desencanto hacia las autoridades. En un entorno donde además se les exige “ser alguien en la vida”, la presión social se convierte en un caldo de cultivo para las adicciones.

El mismo secretario habló de otro proyecto: el llamado “chocolate del bienestar”, un suplemento alimenticio que busca reforzar la nutrición de los estudiantes. La medida ha despertado expectativas, pero también dudas sobre su aporte real a la salud infantil.

Una buena alimentación es importante, pero de poco servirá repartir suplementos si no se atiende de raíz la crisis emocional y de adicciones que golpea a la juventud.

La educación en Tamaulipas enfrenta un desafío mayor: no se trata sólo de enseñar matemáticas o español, sino de garantizar entornos seguros y saludables. No bastan programas aislados ni campañas de prevención que se quedan en el papel. Lo que está en juego es el futuro de una generación que carga con la ansiedad, la depresión y el riesgo del consumo de drogas.

Hay profesores y profesoras que no quieren ni pueden atender los problemas emocionales de las niñas y los niños, de hecho tampoco saben cómo atender a otros muchos con TEA o Déficit de Atención, a una de ellas la premiaron por golpear a una niña,  pero la ex secretaria pasó de largo y solo oyó pero no atendió el problema, a Krisna se le dio hasta diploma.

De hecho estoy convencida de que un buen número de  maestras y maestros no están preparados para atender niñas y niños con diagnósticos diversos, por esa razón tampoco podrán atender los temas emocionales de los infantes y adolescentes.

Es pregunta ¿la autoridad quieren atender de verdad la crisis en las aulas? Pues en seis meses, como fecha tentativa podrían verse los resultados positivos, de lo contrario, solo sería una simulación.

 La Nueva Escuela Mexicana (NEM) busca una formación integral, humanista y de pensamiento crítico en los estudiantes, enfocándose en su desarrollo como seres humanos y ciudadanos con un fuerte sentido de comunidad, inclusión y respeto por la diversidad cultural y el medio ambiente. Sus pilares son la autonomía del magisterio, la comunidad como núcleo integrador, el derecho a la educación y la integración curricular, promoviendo un cambio metodológico que involucra a toda la comunidad para transformar el sistema educativo nacional.

Muy bonito rollo pero la realidad es otra. 

Hay directoras de nivel medio superior que juzgan a las y los jóvenes porque son de tez morena y todavía cuestionan, sin recato alguno; “pareces marihuano, mira cómo te vistes”, incluso, sin metodología alguna más que su clasismo galopante hay quienes dicen “los de la Simón Torres no tienen más valores que los muchachos del Campestre”,  ellos y ellas no saben que la discriminación y el acoso son delitos.

Y todos los cursillos, diplomados dado por las instituciones sobre los derechos humanos, el respeto, la discriminación, el acoso, solo ha sido pérdida de tiempo.

La epidemia de nuestros días son la discriminación, clasismo, consumo de cristal y drogas de diseño, a muy pocos les interesa atender el tema en escuelas y en la calle. Luego entonces, las escuelas, iglesias, clubes, son el reflejo de lo que se consume.

Cuando a las niñas y niños se les exige aprender de memoria, tal o cual texto literario o matemático, se forman mujeres y hombres para el “jale”, no para dirigir la educación, ni cambiar modelos políticos ni económicos, se forman obreros.

Por eso y otras razones, espero que funcionen los nuevos programas de atención a la depresión, ansiedad, adicciones, los padres y las madres y las abuelas, debemos estar pendientes y participar y exigir más y mejor formación educativa e nuestras niñas, niños y jóvenes.

Confío en el lasallista secretario de Educación, porque sus valores-conseguidos en su formación- le dan para entrarle a las graves deficiencias del sistema educativo en Tamaulipas, claro, sí quiere y le gusta llenarse de tierra los zapatos y comerse unos tacos en la escuela más jodida de cualquier colonia o ejido.

Las niñas y niños merecen entornos sanos.

Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.

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