Viva la revolución…

Facebook
Twitter
WhatsApp
LinkedIn

Por María Jaramillo Alanís

A 115 años del inicio de la Revolución Mexicana, su legado sigue latiendo con una claridad incontestable: jamás arrodillarse ante la opulencia, jamás ante el bárbaro, jamás ante los monacales, jamás frente a quienes aprietan el gatillo y  ante sus patrones. Mucho menos ante los que marchan mintiendo  y llevando consigo  un rosario en una mano y en la otra lanzan escupitajos contra la primera mujer Presidenta de México.

Pienso que las y los descendientes de aquellos “próceres” del despojo conservaron intactos sus bienes, heredaron sus privilegios y los hicieron crecer comprando medios de comunicación o recibiendo concesiones como pago por obediencia.

Así, durante todo el siglo XX y lo que va del XXI, han lactado del erario y repetido a tope, construyendo un poder que hoy se atraganta ante la posibilidad de un país distinto.

Y ahora, esa masa amorfa, sin sustancia y con harto odio acumulado, pretende regresar al poder a punta de asonadas digitales y golpeteo mediático internacional.

Pero como  dice en el poema de Mario Benedetti “Te quiero” y que canta la inigualable Nacha Guevara:

“si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos”

Que lo entiendan bien: no son amenazas, no son bravatas — ¡líbreme la Virgen del Chorrito!— es simplemente la voz de un pueblo harto de quienes siempre lo han mirado por encima del hombro.

Incluidos, sí, los fífis de Morena, esos que nada les ha costado, que jamás recibieron ni una corretiza de la policía, que no saben lo que son los golpes de los porros mandados por el Truko y su compadre Pancho Vaca.

 Ésos que se cuelgan la imagen del Che Guevara en una playera-remera- sin saber siquiera que era médico, asmático y que recorrió la legua para perseguir sus ideales y transformar a los pueblos.

Y sé, perfectamente, lo que debe sentir la presidenta Claudia cuando un puñado de fascistas se atreven a llamarle “hetaira, zorra”,  solo porque no soportan que una MUJER la  primera en 200 años, sea la presidenta de México.

Esa violencia, lo sé bien,  no se dirige sólo a ella: se dirige a todas las mujeres que hemos caminado en este país con la frente en alto y la dignidad intacta.

La lección de la Revolución Mexicana sigue viva: este pueblo no se doblega. Y menos ahora, que por primera vez en más de un siglo, la historia está escrita por quienes antes sólo fuimos  espectadores.

Gritemos con harto orgullo ¡Viva la Revolución Mexicana y viva la Revolución de las Conciencias!

Desde Mi Trinchera…

Facebook
Twitter
WhatsApp
LinkedIn

Foto del día

NO BASTA PARECER, SINO SER, Y ANDRÉS MANUEL SIGUE SIENDO UN ZOON POLITIKON