Desde Mi Trinchera
María JARAMILLO ALANÍS
Mientras el fantasma de la crisis hídrica avanza y ensombrece el desarrollo del sur de Tamaulipas, la familia Verástegui, conocida en la región cañera, riega más de 5 mil hectáreas con agua robada.
Liderada por los panistas César y Vicente Verástegui, apodados “Trukos,” esta familia ejerce un poder autoritario desde hace más de dos décadas, apropiándose de predios y negocios al margen de la ley y perjudicando a más de mil productores de caña con la sustracción ilegal de agua en Xicoténcatl.
Este robo se lleva a cabo mediante bombas eléctricas conectadas a tomas clandestinas.
El abuso desmedido del clan Verástegui ha sido denunciado ante la CONAGUA. En respuesta al llamado de auxilio de la población, esta dependencia citó a comparecer a Vicente Verástegui.
Sin embargo, amparado en su fuero de diputado federal, Vicente llegó a las oficinas de CONAGUA amenazando al personal y a todos los presentes, limitando así la acción de la Comisión.
A pesar de las amenazas, la CONAGUA, en coordinación con la Secretaría de Recursos Hidráulicos del estado y apoyada por la Guardia Nacional, implementó un operativo para sellar bombas prohibidas, incluidas las de los Verástegui.
Esta medida es un hito en la región, pues ninguna autoridad se había atrevido a enfrentarse a los amos y señores de “Xico,” quienes han dejado sin agua a los cañeros, tanto para regar sus cultivos como para el consumo humano, casi arruinando a los habitantes de la zona conurbada de Tampico-Madero-Altamira.
Ojalá que esta disposición no haya llegado demasiado tarde, ya que en el sur de Tamaulipas llevan meses quejándose del bajo nivel de abasto, mientras los “huachicoleros” del agua de “Xico,” Mante y otros municipios continuaban con sus fechorías.
Para que los lectores comprendan la calaña de los Verástegui, es importante recordar que Vicente encabezó un grupo de golpeadores durante el asalto al Congreso Local el año pasado, tratando de imponer por la fuerza a sus incondicionales panistas en la Junta de Coordinación Política, en un vano intento por retomar el control del poder legislativo.
Pero además, los Verástegui son responsables del cierre del Ingenio Azucarero “Aarón Sáenz” de Xicoténcatl, la fuente de trabajo más importante del municipio tras 72 años de zafra.
Los “Trukos” son también conocidos por el despojo de tierras, delincuencia organizada y negocios fuera de la ley.
Un crimen poco explicado es el despojo a campesinos de “El Cielo,” una reserva de la Biósfera única en su tipo a nivel mundial, pues se armó un incendió que saco a los propietarios de la tierra y los Verástegui se apropiaron ilegalmente de esa porción del Cielo.
Ese crimen aún no ha sido castigado. Y como este, hay muchas cuentas pendientes que los Verástegui deben pagar, también conocidos como “los caciques de la caña”
A pesar de su mala fama, los “Trukos” siguen buscando posiciones políticas para continuar haciendo daño a quienes toleran su presencia.
La cuenca del Guayalejo-Tamesí, reclama acciones contundentes como las que han tomado el gobierno de la República y el gobierno del Dr. Américo Villarreal Anaya, y de esa magnitud se espera que actúen en las Cuencas del norte del estado y en la del Río Soto La Marina.
Las lacras sociales como los Verástegui deben ser desterradas de Tamaulipas.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.