La privatización de la recolección de basura: ¿Solución o Parche?

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Por María JARAMILLO ALANÍS

La insistente narrativa  de la titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Karina Lizeth Saldívar Lartigue, sobre la posible privatización del servicio de recolección de basura en varios municipios de Tamaulipas, incluyendo la zona conurbada del sur, abre un debate necesario sobre la gestión de los residuos en nuestro estado.

El problema de los tiraderos clandestinos, con más de dos mil detectados en todo Tamaulipas, es sin duda grave. No obstante, la solución que se plantea, la privatización, puede ser un camino peligroso si no se analiza con el debido rigor y transparencia.

Privatizar la recolección de basura no es una solución mágica. Si bien es cierto que algunos municipios han fallado en la prestación de este servicio, trasladar esta responsabilidad al sector privado puede acarrear riesgos significativos. Uno de los más evidentes es el aumento en los costos para la ciudadanía.

Las empresas privadas operan con fines de lucro, y es probable que estas busquen maximizar sus ganancias, lo que podría traducirse en tarifas más elevadas por un servicio que, hasta ahora, ha sido público.

Además, debemos considerar la eficiencia. No existe garantía de que una empresa privada maneje mejor la recolección de basura que un gobierno municipal. Por cierto vale la pena preguntarse ¿dónde depositarán los desechos las empresas privadas? ¿En los basureros municipales o compraran predios para construir un relleno sanitario con todas las de la ley?

De hecho, en otras regiones del país, la privatización de este tipo de servicios ha llevado a problemas de corrupción, falta de transparencia y reducción en la calidad del servicio.

Por otro lado, la propia Saldívar Lartigue ha señalado que la ciudadanía también es responsable de la proliferación de tiraderos clandestinos, claro que sí, porque no existe una conciencia sobre el destino final de los desechos diarios.

Esta observación pone de relieve un problema cultural y educativo que no se resolverá únicamente cambiando al encargado de recoger la basura. Es fundamental una campaña intensa y sostenida de educación ambiental, que fomente una cultura de responsabilidad en la disposición de residuos.

Es positivo que se esté considerando la capacitación de empleados municipales y la colaboración con Banobras para obtener recursos. Sin embargo, estas acciones deben formar parte de una estrategia integral, que contemple tanto la mejora de los servicios públicos como la participación activa de la ciudadanía en la solución del problema.

La privatización debe ser la última opción, tras agotar todas las posibilidades de mejorar y fortalecer los servicios públicos.

El verdadero reto radica en construir una gestión de residuos eficiente y sostenible, que no sólo reaccione ante la crisis de los tiraderos clandestinos, sino que prevenga su aparición mediante la educación, la inversión en infraestructura adecuada y el fortalecimiento institucional.

Pero además doña Karina, ex operadora panista, justifica su retahíla contra Victoria, afirmando que es la autoridad la que no tiene capacidad de respuesta. Y en los 2 mil basureros clandestinos que hay en el territorio tamaulipeco, ¿no es acaso su tarea intervenir y sancionar, sino clausurar lo que considere está mal?

En resumen, la discusión sobre la privatización de la recolección de basura en Tamaulipas debe abordarse con cautela. Más que un parche temporal, lo que necesitamos es una solución integral y a largo plazo, que promueva un verdadero cambio en la forma en que gestionamos nuestros residuos y que asegure la salud y bienestar de todos los ciudadanos.

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