A los deportados: abrazos, programas y  trato digno.

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Por María Jaramillo Alanís

“Este es su país y estamos muy orgullosos de ustedes, yo también tengo familiares deportados”, aseguró Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, al recibir a los primeros 30 connacionales que serán albergados en el Centro de Atención a Migrantes en Reynosa, Tamaulipas.

La responsable de la política interna del país supervisó este centro, instalado en el Parque Cultural Reynosa, acompañada por el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño. Durante la visita, Garduño informó que, desde el 20 de enero—fecha en que Donald Trump asumió nuevamente la presidencia de Estados Unidos—han sido deportados 8,119 mexicanos y 2,521 extranjeros por las fronteras del país.

Tamaulipas es la puerta de entrada de los deportados y, afortunadamente, ya no es un territorio dominado por la violencia y el desinterés de gobiernos pasados, sino un estado con una administración que ha demostrado sensibilidad y acción ante la crisis migratoria. Ya no están los matones de Vaca; hoy hay un gobierno humanista que se preocupa y ocupa de las personas.

La supervisión de Rosa Icela Rodríguez y Garduño confirma que Tamaulipas ha construido, en coordinación con el Gobierno Federal, una frontera con rostro humano. En tiempos donde la migración es un tema álgido a nivel global, México responde con dignidad, planeación y solidaridad.

“México te abraza”: un programa con visión de Estado

El programa “México te abraza” es un testimonio del compromiso del gobierno de Claudia Sheinbaum con los connacionales repatriados. Este esfuerzo no solo busca evitar que los deportados sean abandonados a su suerte, sino que garantiza acompañamiento, alimentación, atención médica y apoyo para continuar su viaje a sus estados de origen.

Desde Tamaulipas, el gobernador Américo Villarreal Anaya ha sido clave en esta estrategia. Su gobierno ha supervisado personalmente la operación de los centros de atención a migrantes y ha reforzado su infraestructura con nuevas ambulancias del DIF para emergencias médicas y la distribución de tarjetas “Hasta mi hogar”, que brindan apoyo para transporte y alimentación a los repatriados.

Rosa Icela Rodríguez fue contundente al señalar que el gobierno de Sheinbaum trabaja de la mano con todos los gobiernos estatales, pero con especial cercanía con Américo Villarreal, con quien la presidenta mantiene una relación de confianza y colaboración.

El comisionado Francisco Garduño subrayó que la estrategia migratoria se anticipa a los posibles cambios en la política de deportaciones de Estados Unidos. Con la sombra de expulsiones masivas en el horizonte, México no puede improvisar: debe prepararse con visión de Estado, infraestructura adecuada y mecanismos de atención integral.

El Puente Ferroviario de Nuevo Laredo: modernización y competitividad

En otro frente estratégico para Tamaulipas, la inauguración del Puente Ferroviario Internacional Patrick J. Ottensmeyer en Nuevo Laredo representa un salto cualitativo en la integración comercial con Estados Unidos y Canadá.

Con una inversión de más de 100 millones de dólares, este nuevo cruce duplicará la capacidad de transporte de mercancías, fortaleciendo a Tamaulipas como un eje clave del comercio internacional. Actualmente, más del 40% del intercambio comercial entre México y Estados Unidos cruza por Nuevo Laredo, lo que reafirma la importancia de la región en la economía trilateral del T-MEC.

El gobernador Villarreal lo dijo claro: “Una frontera segura y eficiente es clave para el crecimiento económico y la confianza de los inversionistas.” Con más de 4,000 millones de pesos invertidos en obra pública en la región, su gobierno ha demostrado que el progreso y la estabilidad van de la mano.

El oportunismo de siempre

Mientras el gobierno federal y estatal trabajan en estrategias reales para atender a los deportados, otros solo buscan la foto y la oportunidad de figurar.

Durante la visita de Rosa Icela Rodríguez a Reynosa, los senadores Olga Sosa y José Ramón Gómez Leal no perdieron la oportunidad de acercarse a los migrantes, posar sonrientes y mostrarse “comprometidos” con su causa. Pero aquí viene la pregunta clave:

¿Qué hicieron realmente por ellos? ¿Qué aportaron a la visita?

La respuesta es simple: nada. Ni un vaso con agua.

Este tipo de políticos, que viven del oportunismo y el protagonismo barato, representan lo peor de la clase política.

Pretenden engañar con fotos, discursos vacíos y falsas muestras de empatía, pero cuando se les exige acción concreta, se esfuman.

Es insultante que los repatriados—personas que han sido arrancadas de su vida en Estados Unidos y devueltas en condiciones muchas veces precarias—sean utilizados como fondo de pantalla para las ambiciones personales de estos senadores.

Si Olga Sosa y José Ramón Gómez Leal realmente quieren ayudar, que lo demuestren con hechos. Que gestionen recursos, que impulsen leyes para mejorar la atención a los deportados, que defiendan el presupuesto para programas como “México te abraza”. Pero, si solo van a estorbar y a sacarse la foto, mejor que se ahorren la hipocresía.

Tamaulipas avanza, pese a todo

El gobierno de Américo Villarreal ha demostrado que Tamaulipas puede liderar con estrategia y visión, tanto en el tema migratorio como en infraestructura y comercio exterior. Pero estos avances no pueden verse empañados por la presencia de políticos de adorno que solo buscan colgarse medallas ajenas.

Como bien dijo el gobernador: “El éxito es cuestión de preparación y oportunidad.” Y Tamaulipas está listo.

Los deportados necesitan algo más que sonrisas y discursos vacíos. Necesitan apoyo real, compromiso genuino y políticas que los dignifiquen.

Afortunadamente, hay un gobierno que está actuando. Y otros que, una vez más, solo estorban.

Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.

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