María Jaramillo Alanís
Morena en Tamaulipas se ha podrido por adentro. El movimiento que fundó Andrés Manuel López Obrador y que el pueblo abrazó con la esperanza de una transformación ha sido traicionado por algunos de sus propios militantes.
Por citar algunos ejemplos; los alcaldes Alberto Granados, Carlos Peña Ortiz, Carmen Lilia Canturosas, Erasmo González, Armando Martínez y varios secretarios del gabinete, que nunca entendieron que su obligación fue y es con el pueblo, ellos y ellas han convertido el proyecto alternativo de nación en una porqueriza donde cabe la corrupción, el moche, el narcotráfico y la deslealtad.
El descaro de estos personajes es indignante. Basta ver a Beto Granados, quien sin vergüenza alguna salió a defender a la familia de su amigo, el presunto narcotraficante Edgar Alejandro Villarreal, alias “El Fresa”. Y Con un cinismo insultante, aseguró que fue detenido en Estados Unidos y no en México, como si la gente fuera ingenua y no entendiera que la droga cruzó la frontera desde su ciudad de origen. Más aún, declaró que seguirá apoyando a la esposa y al hermano del delincuente, ambos dentro del gobierno municipal.
Pero la cosa no queda ahí. La familia Granados Favila ha enlodado no solo la función pública, a Morena, sino a la familia del gobernador de Tamaulipas, y no le ha importado que hayan han sido generosos con Alberto, esperando que sea el mismo alcalde de Matamoros quien deslinde a la familia del mandatario.
El golpe a la imagen de Morena es innegable, e incluso la presidenta Claudia Sheinbaum podría verse afectada, pues también existen imágenes en las que se observa a “El Fresa” repartiendo su propaganda.
El pueblo de Tamaulipas votó por la transformación y el doctor Américo Villarreal ha hecho un trabajo importante en distintos frentes, por eso no puede, ni debe permitir que estos personajes sigan hundiendo y enlodando el proyecto.
Lo que hacen los alcaldes, Beto Granados “El hermoso”, Carmen Lilia “La muñeca”, Armando Martínez “uñas largas”, Erasmo González “el huachicolero”, Carlos Peña “el texano”, (no son los únicos) no es un simple ataque contra Morena ni a la Cuarta Transformación, es toda una embestida de la ultraderecha contra la esperanza de los mexicanos, de los tamaulipecos, por eso es urgente contraatacar y rescatarla.
Los morenistas de verdad deben exigir que las manzanas podridas sean expulsadas antes de que contaminen toda la canasta. La lealtad es con el pueblo, no con quienes traicionan sus principios.
Toca a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y al gobernador Américo Villarreal Anaya, ir contra los depredadores de los presupuestos, contra los que protegen a personajes ligados a los delincuentes, y contra aquellos que quieren que regrese los pestilentes vientos de cambio.
Urge el rescate de Morena y del morenismo tamaulipeco, porque Andy López lo dejó en manos de José Ramón Gómez Leal, es decir en manos de Vaca, el papelón de Lupita Gómez-dirigente estatal de morena– es más allá de gris, prácticamente está desaparecida del escenario político, si no lo hacen permitirán que la podredumbre avance hasta un punto de no retorno y entonces, morena será un vago y triste recuerdo de lo que pudo haber sido en Tamaulipas.
Es momento de un manotazo sobre la mesa, si no se actúa ahora, mañana será demasiado tarde.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que Nunca.