Por María Jaramillo Alanís
Este miércoles 2 de agosto se colocará la primera piedra para volver a construir el mundialmente famoso “puente roto” de Altamira.
Un paso a desnivel, que actualmente está en desuso, ubicado en el kilómetro 31 de la carretera federal Tampico-Mante que pretendió facilitar el entronque con el Libramiento norte de Altamira hacia al Puerto Industrial.
El “Puente Roto” fue inaugurado en diciembre de 2010 por el expresidente Felipe Calderón, este elefante blanco costó más de 300 millones de pesos y pocos meses después, en junio de 2011, fue clausurado por autoridades de Protección Civil.
La causa; tenía fallas estructurales que no pudieron ser remedidas, pues fue edificado sobre dos lagunas, pero además no tuvo la cimentación adecuada.
Los fuertes intereses involucrados en el proyecto llevaron a constructores y funcionarios deshonestos a demorar la demolición de la obra, convirtiéndose, mientras tanto, en peligroso obstáculo vial que, a la fecha, ha costado varias docenas de vidas e incalculables pérdidas económicas, debido a numerosos accidentes.
Mientras constructores y funcionarios ambiciosos se enredaban en interminables disputas legales.
Doce años después de la clausura de este monumento a la corrupción, actualmente en proceso de demolición, a partir de mañana volverá a construirse sobre nuevas bases, con todos los estudios técnicos previos realizados y una inversión de 293 millones de pesos, un costo menor al reportado por el gobierno panista.
La obra está a cargo de la Administración del Sistema Portuario Nacional Altamira (ASIPONA Altamira), organismo que generó el proyecto ejecutivo para su reparación y aportó el 100% de los recursos para su ejecución, publicando la convocatoria de licitación el pasado 23 de febrero.
El proyecto es resultado de las gestiones realizadas por el gobernador Américo Villarreal Anaya ante el gobierno Federal y de todo el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, a fin de superar este obstáculo al desarrollo de la zona conurbada del sur tamaulipeco, reactivar la conectividad del puerto industrial con el noreste y facilitar el traslado de mercancías a todo el país.
Cuando la construcción de esta vialidad se concluya, a principios del próximo año, atrás habrán quedado los negros recuerdos del “puente roto” y será reinaugurada con el nombre “Puente de la Esperanza” que dará paso a lo que debió ser desde un inicio: Un puente de comunicación, seguro, que facilite el movimiento de bienes de consumo y producción, además de incrementar el turismo en la zona, con una mejora económica e industrial para la región.
Felicitemonos todos, el Puente de la Esperanza dará servicio al transporte local, federal y particular, y se acabará con uno de los monumentos a la corrupción panista y socios.
Desde Mi Trinchera Vietnamita más Janambre que nunca.