La impunidad y las complicidades, prohíjan la violencia.

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Por María Jaramillo Alanís

Desde Mi Trinchera…

Desde Reynosa, Américo Villarreal Anaya, envió un mensaje, no solo a los criminales “no habrá impunidad para nadie”, esto a raíz de que en el autódromo de Victoria donde se realizan carreras ilegales de automóviles, un grupo de civiles atacó a balazos a los que ahí se encontraban, matando, lamentablemente a tres personas y dejando heridas a otras dos.

Mientras el gobernador realizaba una gira de trabajo de tres días en Reynosa, donde se reunió con los diez alcaldes y alcaldesas de las ciudades fronterizas, en Victoria, mentes perversas que se niegan a dejar la entramada red de complicidades, soltaron al diablo, -el diablo de la violencia al servicio del prianismo, por cierto-y de las armas, que desde el Calderonato y el “Rápido y furioso” ha costado miles de vidas a las familias de México y Tamaulipas.

En conferencia de prensa dada allá en la “pacifica” Reynosa, Villarreal Anaya, condenó los hechos de violencia suscitados en Victoria, advirtiendo que no habrá impunidad ni tolerancia para quienes alteren la paz en el Estado.

Y mire carísimo lector, aquí es donde la marrana tuerce el rabo, porque el Gobernador le giró instrucciones a la Fiscalía General de Justicia del Estado para que realice las investigaciones y de con los responsables de los hechos delictivos, y que, tras el debido proceso legal, reciban todo el peso de la ley.

¿Será capaz Irving Barrios Mojica de cumplir con la indicación del Jefe del Ejecutivo? Ojalá recuerde que se llama Américo Villarreal Anaya y que sus actuaciones están observadas no solo por los tamaulipecos sino por el mismísimo general Audomaro Zapata Martínez, nada más y nada menos, que Director del Centro Nacional de Inteligencia, hombre cercanísimo al Presidente Andrés Manuel López Obrador, y quizá el más informado de lo que sucede en el campo de las instituciones de seguridad y justicia.

Durante décadas, las familias tamaulipecas anhelan vivir en paz y con seguridad para volver a caminar a la mitad de la noche por las avenidas de nuestras ciudades, para que, mujeres y niñas y niños, vayan sin temor alguno al sitio que les plazca, es decir, desterrar el maldito miedo que sembraron los impresentables vientos del cambio, y el amigo de Irvin Barrios, Genaro García Luna.

Debe ser prioritario recuperar las calles y nuestras ciudades, le pese a quien le pese, pero además se cumpliría el objetivo ofrecido en la campaña y gobierno de Villarreal Anaya.

No sólo se ocupa tener la percepción de ciudades seguras, urge más bien un cambio radical en seguridad y que, necesariamente el Mayor Retirado Sergio Hernando Chávez García, Secretario de Seguridad Pública se aplique en correctivos a los policías estatales que, en vez de velar por la paz, chocan contra luminarias y se dan a la fuga, como fue el caso de Jefe de antisecuestros. Ya es hora Mi General, de que se ponga la camiseta de Tamaulipas.

Por todos es sabido que en la anterior administración no se cumplió con la función primordial de los policías, la de resguardar al ciudadano y garantizar el orden público. Sucedió lo contrario.  Hay que recordar el triste caso de Camargo donde migrantes guatemaltecos y mexicanos fueron asesinados y quemados por los  tristemente célebres Gopes.

¿Alguien sabe en qué penal están encarcelados? El gobierno pasado, dijo que los “malos elementos” habían sido recluidos en el penal de Tula, y allá, no existe cárcel alguna.

 Alguien me decía hace poco, que se sentía un cambio en el proceder de los policías, ojalá sea verdad,  no sólo en el “sentir” y la percepción ciudadana.

Porque el cambio de estrategia, desde el primer día del nuevo gobierno, ha privilegiado el respeto de los derechos humanos, sin embargo hay que reconocer que en los mandos policiacos al igual que en la estructura estatal de gobierno, el prófugo Pancho N, sembró gente a diestra y siniestra, y evidentemente son los escollos que el nuevo gobierno debe darle la vuelta o bien,  echarlos, para recuperar la confianza en las instituciones y, para lograr una seguridad sin miedo, una convivencia social pacífica.

La impunidad y las complicidades en el aparato judicial  han prohijado más violencia, por eso es urgente un cambio profundo en las instituciones que procuran y administran justicia, para que estén en consonancia con las políticas públicas del  Presidente López Obrador, respecto a que, la violencia solo genera más violencia y su práctica es causante de la problemática que padecemos hoy, y en ese sentido se opta por la inteligencia para desarticular grupos criminales, y la reconstrucción del tejido social y para que los niños y las niñas no caigan en las garras de la delincuencia organizada ni en el uso de drogas duras, que son letales.

¿Se puede lograr este círculo virtuoso? ¡Claro que se puede! Acabar con la impunidad, deteniendo a los criminales armados, a los de cuello blanco, y a todo aquel que haya saqueado las arcas públicas, hará que Tamaulipas, sea ejemplo nacional y se convierta en un referente en lo social, justicia, economía, empleo y calidad de vida.

Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.

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