Por María JARAMILLO ALANÍS
El domingo, sin error, finaliza la tercera ola de calor que ha dejado en Tamaulipas 21 personas fallecidas y hasta el momento de contarles estás cuitas, hay 188 pacientes hospitalizados, en instituciones del sistema estatal de Salud como del gobierno federal.
Si la tercera ola de calor extremo nos ha dejado 31 personas fallecidas, ¿Qué nos destinará la cuarta ola? Tomando en cuenta que los hospitales estatales y federales, -se salva el de Alta Especialidad- no tienen medicamentos y no existe empatía de las médicas y médicos con los pacientes que acuden buscando alivio.
El problema es de formación académica, sin humanismo y calidez no hay ni habrá buenos médicos y médicas y de pilón por más que se diga, no hay medicamentos para todos los que acuden a hospitales públicos.
La cuarta onda de calor extremo vendrá con temperaturas de más de 45 grados Celsius, y arriba este sábado 1 de julio, de acuerdo con el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México
Pero vuelvo y digo, nadie está preparado para atender las enfermedades provocadas por las altas temperaturas, es verdad, pero quienes sí deberían estarlo es la Salud Pública, y hasta hoy lo que hay es una diarrea verbal con la que no se curan los enfermos por golpe de calor.
Quizá no han entendido que la Salud no es un tema de cifras y números, sino de empatía, solidaridad, sororidad, calidez, simples detalles. Hay que recordarles que el anterior gobierno y la caponera de Gloria Molina, literalmente la valía madre,-ese era su lenguaje- si la gente se moría, ella decía “alguien se tiene que morir, y no seré yo”, ¿será el mismo pensamiento en Salud? Se les avisa que la población CREYÓ y VOTÓ por un cambio verdadero, no por el gatopardismo que estamos viviendo.
“El calor tan intenso que se ha vivido en los últimos días, no es inexplicable, sino que, según Francisco Estrada Porrúa, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC de la UNAM), se debe a varios factores. “Por un lado, tenemos la variabilidad natural, que después de estar tres años en un evento moderado de La Niña, pasamos a condiciones de El Niño, el cual está asociado con este tipo de temperaturas en nuestro país. Por otro lado, el cambio climático global también aporta a las temperaturas extremas que en el último siglo se han vuelto más probables e intensas”
El investigador sostiene que esto que hemos vivido y viviremos con la llegada de la cuarta ola de calor extremo “es una probadita de los que se anuncia para las próximas décadas”
Es decir…el tema es, sí sobrevivimos a la pandemia, ¿le daremos la vuelta al cambio climático? Lo dudo, pues adolecemos de una cultura de autocuidado y viviendas construidas para resistir los calores extremos y de pilón, nuestro sistema de salud está en la más absoluta precariedad.
Y viéndolo de modo catastrófico y también divertido, ahora sí agárrense, así vayan a misa y al templo, domingo tras domingo y comulguen mil veces, no irán al cielo, inexorablemente nos espera el infierno.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.