En el Poder Judicial impera la prevaricación.

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Por María Jaramillo Alanís

Desde Mi Trinchera…

El Poder Judicial de Tamaulipas, es verdad, se manda solo, pero no por encima de la ley ni la Constitución de Tamaulipas ni la Carta Magna. Viene a colación porque su integración evidentemente la dejó a su capricho el jefe de la pandilla, sí, el prófugo Pancho N.

El jueves,  en la sesión del Congreso el Diputado Elipha Gómez propuso al pleno legislativo un punto de acuerdo para realizar un exhorto al Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de Tamaulipas, para que se sancione al Juez José Miguel Moreno Castillo por el uso indebido de las Leyes.

Este punto de acuerdo tiene origen en la denuncia hecha por el entonces Gobernador Electo Américo Villarreal Anaya en el mes de septiembre cuando a pocos días de iniciar su gestión como Gobernador Constitucional, este juez fue traído del municipio de Altamira con el propósito de liberar órdenes de aprensión en contra del Ahora titular del Ejecutivo y personajes ligados al morenismo.

Pero además, este mismo Juez le negó la revocación al Secretario del Ayuntamiento de Victoria Hugo Reséndez Silva, de la medida cautelar que le fue impuesta por delitos fabricados por la pasada administración estatal, en complicidad con elementos de investigación de la Fiscalía General de Justicia del Estado, impidiendo con esta medida que Reséndez asuma su puesto de Secretario del Ayuntamiento de Victoria.

Es evidente que si  el consejo de la judicatura no toma medidas,  el Congreso del estado está facultado para realizar investigaciones en las instituciones de administración e impartición de justicia para deslindar responsabilidades, pero además en el Congreso bien se podría instalar la Comisión  instructora y llamar a cuentas a jueces, magistrados, y consejeros de la Judicatura a través de juicio político, para separarlos de sus cargos y fincarles responsabilidades.

Hasta hoy mismo la impartición de justicia está en manos de la pandilla cómplice de Pancho N y por lo tanto el ciudadano común, es decir cualquier tamaulipeco, no tiene una real, expedita, honesta impartición de justicia, es urgente que se recuperen las instituciones para que se conduzcan dentro del marco de la ley, como están no le sirven a Tamaulipas.

Así como el gobernador Américo Villarreal Anaya no está solo, y así se lo demostraron más de 730 mil tamaulipecos  en las urnas el pasado 5 de junio,  Hugo Reséndez Silva tampoco está solo.

Guadalupe Perea Almanza alzó la voz, y no es la primera vez, para defender a Hugo Reséndez, antes lo había hecho en favor de Eduardo Gattás Báez cuando también fue perseguido por la “justicia” vaquista.

Perea fue clara “la medida cautelar que impide regresar a Reséndez Silva a su puesto, es simple y llanamente, persecución política absurda y caprichosa, emprendida por la administración estatal que se fue” pero yo le añado, dejó a sus achichincles que siguen haciendo daño a la gente de bien.

Lupita exigió que de manera inmediata       Hugo Reséndez Silva sea restituido en su puesto, e insistió, que persiste la persecución política.

Y tiene razón la regidora y activista, solo que se requiere dar un manotazo y desmantelar la caterva de jueces, magistrados, consejeros de la judicatura, que aún sirven a los intereses aviesos de Pancho N., ese golpe de timón tendría también, necesariamente que venir, del Jefe del Ejecutivo pues a Villarreal Anaya lo respalda el pueblo, y como bien dice mi presidente Andrés Manuel López Obrador “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”

El Poder Judicial sirve a Vaca, no al pueblo de Tamaulipas y por lo tanto, debe renunciar en masa, o  bien les queda huir, esconderse en alguna cueva, y de no irse,  hay que llamar al pueblo para sacarlos a escupitajos. Un juez deshonesto no se le debe quemar incienso, sino echarlo a un estercolero.

Desde Mi trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.

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