Por María Jaramillo Alanís
El ex fiscal anticorrupción, Raúl Ramírez Castañeda, volvió este viernes a la oficina de la Fiscalía Especializada para usarla como escenografía donde grabó un video con el cual pretendió victimizarse diciéndose perseguido y blanco de una campaña basada en acusaciones falsas.
Presumió que un juez federal le otorgó en cuestión de horas una suspensión contra la orden de aprehensión que otro juez había girado en su contra apenas un día antes.
No paró ahí la perorata, se dirigió a la ciudadanía para avisar que ya estaba ejerciendo funciones de fiscal, para luego tirarse un “choro mareador” acerca del combate a la corrupción y de la confianza que le regresará a la ciudadanía porque actuará con firmeza.
El descaro es total.
La burla no solo es contra la sociedad sino también para los diputados, que lo destituyeron por solapar la corrupción que dicho fiscal dice combatir, convirtiéndose en un lastre del pasado gobierno panista-cabecista que saqueó y dañó al Estado hasta el extremo de la parálisis y el retroceso.
Si este señor conociera la vergüenza, no habría regresado a su ex oficina sino que se habría refugiado en alguna madriguera, porque la acción de la justicia –de un tiempo acá parcial y perezosa- habrá de alcanzarlo y hacerlo pagar por su fechorías, al igual que a todos sus cómplices, incluido su jefe político.
Ramírez Castañeda fue denunciado por la Unidad de Inteligencia Financiera acusándolo de abuso de autoridad, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias y ejercicio ilícito del servicio público.
También deberá ser castigado por desacatar las instrucciones de los diputados locales, quienes mil veces le pidieron reportar el avance de las averiguaciones de las demandas por corrupción que existen contra exfuncionarios de la pasada administración, pero jamás se tomó la molestia de informar, aunque sí de ignorarlos y faltarles al respeto al no acatar a sus instrucciones.
Panistas como este señor, y sus jefes, actúan como si los puestos públicos fueran su patrimonio personal y así los defienden, hasta el grado de la desfachatez.
Agravante es que existan juzgadores al servicio de la delincuencia de cuello blanco, pues resulta inexplicable que a los influyentes les tramiten amparos exprés, mientras hay pobres que tardan años esperando ser juzgados y que luego resultan inocentes.
Según, la inmunidad procesal de Ramírez se la otorgó el juez Juan Fernando Alvarado López, del Juzgado Séptimo de Distrito de Tamaulipas, con sede en Reynosa, municipio de donde últimamente salen muchas resoluciones destinadas a proteger a quienes delinquen.
Y el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, prófugo de la justicia, no solo construyó un andamiaje corrupto que le brindase protección, sino que los doblegó a tal punto, a base de dinero o amenazas, a saber, que se convirtieron en protectores y delincuentes, todo por el mismo precio. Es el caso de Raúl Ramírez Castañeda.
Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador, el poder judicial está podrido y es urgente reformarlo para restablecer el orden legal y regresar la credibilidad a la procuración y administración de justicia.
Panistas saqueadores…
Es bueno saber que Luis René Cantú, alias “el Cachorro”, sigue siendo e conducto por donde pasa la mesada para el séquito de “influencers” que se atreven a denostar y agraviar a mujeres y hombres que hemos dedicado una vida a este oficio.
Lloran cual niños por la chichi, y claro, lloran porque ya no tienen la mesada que les daban en el sexenio pasado, y son cómplices de Vaca y les lanzaba migajas, ¡triste su caso!
Aquí les viene bien un párrafo de un hermoso texto de Miguel Hernández, poeta alicantino, “Los Cobardes”:
(…)Estos hombres, estas liebres,
comisarios de la alarma,
cuando escuchan a cien leguas
el estruendo de las balas,
con singular heroísmo
a la carrera se lanzan,
se les alborota el ano,
el pelo se les espanta.
Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma. (…)
Agradecimientos:
Gracias a la #Red de Mujeres Periodistas de Tamaulipas A.C., nacional e internacional, a los compañeros que solidariamente se pronuncian para que cese la violencia de género y que desde las redes sociales han emprendido “influencers” ligados al PAN y que intentan desacreditar mi trabajo periodístico, agradezco infinitamente su solidaridad publicada y a través de llamadas telefónicas: ¡Gracias!
Seguiré “EnRedada”, porque nadie puede derribarnos cuando estamos unidas y unidos por causas comunes.
Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.